divendres, 17 de desembre del 2010

un viejo del siglo XXII

Un viejo del siglo XXII, eso es lo que tengo entre los brazos.
Esta cosita tierna de mejillas tersas y besables que hace gorgoritos y se ríe cuando le achucho la barriguita de cachorro que tiene…

Ayer, volviendo a casa, me encontré con dos vecinos en la portería, y uno de ellos, en vez de las consabidas frases: —¡oh que monada! —¡que guapo! —¿como se llama? —¡que risueño! etc… soltó: —mira —dirigiéndose a su compañero, que le aguantaba la puerta del ascensor —Ahí tenemos un viejo del siglo XXII.

No oí nada más, me quedé flasheada. Es verdad. No puedo decir nada más que es verdad, y deseo que llegue a viejo lo más feliz que el mundo le permita. Pero esa imagen de mi retoño viejo… cuánta realidad comprimida.